miércoles, noviembre 30, 2005

Requetepuente



Hasta ahora más que una pesadilla, este curso parece un sueño idílico donde sólo aparecen conciertos, puentes y alguna que otra anécdota en clase. Démosle un poco de tiempo al asunto y veréis como cambia la situación. No sé vosotros, pero mis pesadillas comienzan todas con una situación más o menos normal y pasa a otra de auténtico terror o angustia.

Por ahora estamos en la primera fase, como ya se ha demostrado. Como ya estamos un poco cansados, ahora llega un super puente para ir acostumbrándonos a lo que nos espera en la Navidad, con mucha fiesta y demás. La semana pasada dudábamos de hacer puente durante toda la semana, ya que creíamos que era abusar de la confianza de los profesores y temíamos que tuviéramos que hacer "horas extra". Pero el lunes hubo quien nos animó a que lo hiciéramos, sin que ello supusiese recuperar ninguna clase. Así que nos lanzamos al charco y se habló con algún que otro profesor que no estaba muy convencido. El resultado final es diez días de vacaciones, casi tantos días como en semana Santa. Los aprovecharemos para estudiar algo, o por lo menos va a ser nuestra intención a priori.

Para aquellos que piensen que nos tocamos los huevos todo lo que queremos y otro poco más, decirles que el día 19 tengo un examen parcial (ya hemos tenido varios pero que no quitaban materia como este), a ver si para ese día alguien se acuerda de mi mientras sufro durante cuatro horas (sin son menos es que no he hecho nada). Y Febrero está a la vuelta de la esquina, como si de un asesino se tratara. Jajajajaja.

lunes, noviembre 28, 2005

Con el frío...

... resfriado garantizado. Se abre la veda al moquillo, el estornudo compulsivo, la tos y el malestar en general. Si te pilla en casa con tu madre, todavía tiene un paso. Con sus mimitos, sus calditos y su increíble técnica para arroparte por las noches para no coger frío, se hace más llevadero. Pero en tu piso de estudiante un resfriado se convierte en el peor de todos los resfriados. Entre la mala alimentación, el tener que ir a clase y el frío que pasas a cualquier hora del día, no sólo no te curas sino que te pones peor.

Y a mi me ha dado envidia de ser siempre el último y creo que esta vez he sido el primero en pillarla. No sé muy bien si es resfriado de pollo o de gato, aunque tampoco sé muy bien cuando he podido pillarla así de gorda. El caso es que salgo poco, me abrigo mucho cuando lo hago y... Mmmm, va a ser cuando estuve de concierto el jueves y salí a la calle en manga corta mientras el termómetro rozaba los cuatro grados. Si es que las imprudencias se pagan.

Para colmo, con una nueva ola de frío medio pasada y otra amenazando, a los tacaños de la comunidad de vecinos no se les ocurre otra idea mejor que encender la calefacción a las cinco de la tarde y apagarla a las nueve. Será que con lo que pagamos de comunidad durante todo el año no hay suficiente dinero para comprar combustible como para tener la caldera encendida durante tres meses sin parar. Si al menos el bloque estuviera bien aislado del exterior, tendría un paso. Pero a las nueve de la mañana de cualquier día hace tanto frío que no se sabe muy bien si vivimos entre cuatro paredes o debajo de un puente.

Os iré contando cómo se sobrevive a un resfriado junto con una ola de frío, si es que lo consigo.

viernes, noviembre 25, 2005

Como dijo Fernando Fernán Gómez

¡¡A la mierda!!... Estoy harto del tema de la plantilla. Mejor cortamos por lo sano y uso una de las plantillas predefinidas y dejo de complicarme la vida. Ya le haré algunos retoque cuando tenga tiempo, pero no supondrá un cambio radical.

Mejor invertir el tiempo en asuntos que urgen, como estudiar, que el día 19 de diciembre tengo parcial eliminatorio de estadística y no la he tocado apenas. Pero no es que sea la asignatura discriminada por mí de este curso. Están todas al mismo nivel. Así a partir de ahora se acabó el sueño y comienza la pesadilla. Jajajajaja, cof cof, agh!!

¡¡¡¡Una bomba!!!!

Hoy ha explotado una bomba en Granada. No ha sido ETA ni Al Qaeda. Ha sido James Taylor y sus amiguetes. La deflagración estaba cargada de puro sonido hammond a ritmo de funky. Pero vayamos por partes, como bien dice Jack.

Comenzó el concierto con sus correspondientes teloneros. Domestic venían de a escasos kilómetros de la sala, ya que es un grupo básicamente granadino. Avalados por un excelente primer disco, se supone que esta gente realizan unos conciertos completamente distintos a lo que graban en el estudio. Demasiado pretenciosos para estar a la altura de lo que se avecinaba. Todos ellos son excelentes músicos, muy melódicos pero carentes de una cierta chispa jazzera, de lo que en verdad pretendían hacer mezclado con sonidos almacenados en un sampler. A medio camino entre un estilo y otro, no acaban de definirlo en el escenario, resultando una mezcla que a veces carece de la suficiente pegada como para arrancarte a bailar. Suenan mucho mejor en el estudio, donde los sonidos easy listening se agradecen mucho más sentado en un buen sillón. Quizás la nota más discordante la da el que a priori sabe menos música, el DJ. Es más el trabajo que aparenta realizar que el de verdad resulta. Un sonido acá, un scracht de muy mal gusto allá, unos samples de coros femeninos muy acertados, unos golpecitos que destrozan el ritmo y unas bases rítmicas que se quedan en un amago rítmico y válgame la redundancia... En definitiva, se le da mucho mejor la secuenciación estando tranquilamente en casita que la aportación a una actuación en directo. Los mejores fueron sin duda alguna los vientos. Bastante acertados en las melodías base y excelentes en la improvisación. Al igual que en el primer disco, siguen empeñados en usar una introducción para no sé qué motivo, porque era bastante difusa y no aportaba nada al desarrollo del concierto. Es más, nos hizo bostezar un poco al principio y podía llegar a condicionarte a la hora de seguir escuchándolos. Un concierto aceptable, pero tampoco nada del otro mundo.

Y hasta aquí dio de sí Domestic. Aparte que a la gente se le veía con ganas de escuchar a gente de corte más "clásico". Tras una pequeña espera de no menos de un cuarto de hora, allí estaba el batería, el bajista y James Taylor con la parte trasera del órgano mirando al público, para así poder en todo momento ver la cara del público que le estaba escuchando. Vestido con chaqueta y camisa larga, su rostro serio no le hace justicia a la hora de divertir tanto como deleitar a los más puristas. Y sí al estribillo de Jesucristo Superstar me remito, con el abrió el concierto, para dar paso a tema completísimo en interpretación por parte de los tres integrantes. Ahora bien, ¿donde están los otros dos que completan el cuarteto? ¿Se los habrá dejado por el camino? No, menos mal. Allí estaban para la segunda canción un saxofón tenor a cargo de un hombre de la misma quinta que James y un jovencísimo trompetista que apunta muy alto. Y es que en los mano a mano entre ambos, por una vez la juventud pudo sobre la experiencia, y eso que el saxofonista no era manco.

Pero si creíamos que el grupo estaba completo, faltaba el toque de glamour que nadie esperaba. Yo por lo menos no. Aún sabiendo que en sus últimos discos incorpora una vocalista, creo que jamás nos íbamos a imaginar que tendría semejante aspecto. Un mujer de unos muy bien ver treinta años, de raza negra con un tono de piel esquisito, unos ojos enormes junto con unos labios a lo Angelina Jolie, todo ello rematado por una vanguardia que... Bueno sigamos hablando de música. La verdad es que la vocalista aparte de sus dotes físicas, tiene otros tantos musicales, sin apenas llegar a desentonar con el resto de miembros. Tras una hora y media de concierto cargado de funky y acid jazz más unos solos geniales, tocaron un bis más para acabar de destrozarnos la cintura.

Un dato curioso: James no se contenta con una imitación electrónica de hammond que suenan igual que las originales. No. James tiene un hammond original, y cuando digo original me refiero a que su lado tenía el altavoz giratorio de doble cono. Todo un purista y toda una delicia para nuestros oídos.

jueves, noviembre 24, 2005

Plantillas, plantillas, plantillas ....

Esto es un coñazo. Si a lo mejor tuviera más tiempo, quizás podría quedar mucho mejor, pero en cuatro ratos no puedes hacer una cosa medio decente. Como no tengo ni idea de HTML, tengo que cambiar la plantilla con el "metodo" de prueba-rechazo. Y así no se puede avanzar mucho. Los diseños que trae blogger por defecto son tan impersonales y fríos como un trozo de mármol. Así que a partir de una plantilla que más o menos guste, tienes que remodelarla a tu gusto.

No me gusta como está quedando, pero por lo menos ya me voy enterando de cómo funciona esto. Ahora sólo queda echarle mucha paciencia durante las vacaciones y con dos o tres cosillas, creo que para la entrada del nuevo año estará más o menos listo. La pregunta es, ¿no hay una forma mucho más sencilla de modificar esto?

La noche James

Hoy es la gran noche. La noche donde veremos y escucharemos a James Taylor haciendo diabluras con su hammond, mientras el resto del grupo hará movernos a ritmo de funky y acid jazz. En sus discos tiene de todo y espero encontrarnos con versión más ácida y no con la petarda.

A James Taylor Quartet hay que sumarle los granadinos Domestic con esa mezcla que hacen entre melodías jazzeras y música electrónica. Hay quien se ha atrevido a compararlos con Jazzanova. Yo creo que son dos grupos totalmente distintos. Lo que hace uno poco se parece a lo que hace el otro. Quizás se puede decir que hacen Nu Jazz, aunque para mi este estilo es tan difuso que no me atrevería a meterlos en él.

Con esto, prácticamente podemos decir adiós al festival de jazz de Granada. Próxima parada en El Tren.

miércoles, noviembre 23, 2005

De los Santos

Él es De los Santos, Paco de los Santos. Un tipo delgado, con cara de ratoncillo, entradas que delatan algo más que su edad y mirada esquiva. Si no hubiera sido profesor de Física Estadística, podría haber sido locutor de radio. Seguro que triunfaría en la franja nocturna, con algún programa en el que se habla de cualquier cosa con tal de rellenar el hueco entre las cuatro de la madrugada y la hora en que el mundo despierta de una plácida noche.

Habla a media voz, con la suficiente intensidad para ser escuchado por quienes tienen algún interés y para que cualquiera a quien no le interese la clase pueda hacer oidos sordos sin mucho esfuerzo. Pero su virtud reside en que todo esto lo puede hacer sin altibajos, de forma monótona. ¿Alguna vez os habéis quedado fritos en el coche con el ruido monótono del motor mientras viajáis por una autovía? Es la persona ideal para que los insomnes se reencuentren con lo que tanto anhelan. Este hombre es altamente peligroso a primera hora de la mañana. Ni la taza más grande de café humeante puede luchar contra él si no has dormido las horas suficientes antes de ir a clase.

Sin tener mala leche, ¿os imagináis un cara a cara entre De los Santos y Punset? Adiós a la valeriana.

martes, noviembre 22, 2005

Ay qué dolor

Anoche apenas pude descansar. Es cierto que dormí más o menos unas ocho horas, pero fue de estas noches que despiertas continuamente y que conforme llega la hora de levantarse el tiempo de sueño continuo se va reduciendo, hasta que das cabezadas de diez minutos a falta de una hora para que suene el despertador. Duermes, pero ni mucho menos descansas.

Cuando te miras al espejo sabes que hoy será uno de esos días difíciles en el que estás medio zombi. La solución quizás pasa por tomarse un buen café cargado, pero la sensación de actividad desaparece a las dos horas y todo tu cuerpo se desconecta a la vez. Tras la comida se presentan dos opciones, cada una peor que la otra. Una es siesta y rezar para que cuando te levantes no tengas un dolor de cabeza insoportable. La otra es aumentar la dosis de cafeína en tu cuerpo sabiendo que te arriesgas a seguir en estado catatónico durante toda la tarde.

Al final opté por la primera, pero el resultado fue mucho peor: dolor de cabeza infernal y sensación de estar aún más cansado que al principio. Así que recurrí al dichoso café para intentar aprovechar la tarde. Supongo que la mezcla explosiva de café y siesta conducirá a no poder pegar ojo durante la noche y vuelta a empezar mañana.

Por lo menos he podido ir esta mañana a clase y, aunque han sido las dos horas más infernales de todo el mes, ha merecido la pena escuchar la discusión profesor-alumno sobre el giro de un objeto sin dimensión, es decir la rotación de un electrón. Vale que la mecánica cuántica es muy abstracta, pero si ya sabes que apenas existen analogías entre clásica y cuántica, no preguntes cómo se puede observar el giro de un electrón de forma directa, que parece mentira que estés en cuarto.

lunes, noviembre 21, 2005

Sorprendente

Que alguien te llame un domingo por la mañana antes de completar tus correspondientes ocho horas de sueño más el bonus correspondiente a los excesos de la noche anterior, siempre desemboca en un enfado monumental si el asunto no tiene ninguna importancia. Hombre, normalmente el que intenta comunicar contigo siempre tiene que tratar algo que está a la altura de las circunstancias, por lo que uno no puede evitar a veces pensar en alguna desgracia, aunque sólo sea durante el tiempo que transcurre entre que descuelgas el teléfono y la primera palabra de la otra persona.

Por el tono del saludo pude adivinar sin ningún problema, y sin haberme despertado del todo, que no iba a ser esta vez así y que posiblemente se avecinara alguna sorpresilla. Tras el típico cruce de frases ingeniosas que te permite un cuarto de tu cerebro (recordemos que los otros tres cuartos aún siguen intentando despertar) para demostrar que la llamada no es tan mal recibida a pesar del estado en que te encuentras, te proponen el mejor plan que has escuchado desde hace mucho tiempo para un domingo por la noche: concierto de Kenny Barron en el Isabel la Católica, que cierra el 26 festival de jazz de Granada. Ahora sí que se activa todo mi cerebro para intentar averiguar si la frase que ha pronunciado Carlos ha sido esa o si es una imagen reminiscente del sueño de la noche (que por cierto no recuerdo). Efectivamente he escuchado a la perfección lo que me ha dicho a través del móvil, por lo que quedamos en vernos a las puertas del teatro.

¡Menudo lujo de concierto! En tercera fila en el patio de butacas, casi centrado y en el lado bueno de la sala, desde donde puedes ver la manos de Kenny. Esperaba un batería y un bajista acompañándolo, pero sólo habrían servido para impedir que pudiera desplegar todo la artillería en forma de virtuosismo en la improvisación donde cambiaba continuamente de armonía, a cada nota de su mano izquierda. Siendo sincero, hubo muchas veces en que me perdía, porque yo prefiero a la vieja escuela, donde hay mucha más melodía y menos técnica, escalas y mecanismos con los que se pueden deleitar los gurús del jazz. Así que, por momentos, sólo escuchaba un galimatías de escalas sin coherencia pero que si se prestaba atención se podía dar uno cuenta de la verdadera complejidad de la interpretación. También tenía sus momentos melódicos que eran realmente buenos. En definitiva fue un buen concierto donde hubo momentos para todos los gustos. Lástima que el espectador que tenía sentado tras de mi insistiera en marcar el ritmo a golpetazo de pie contra el parqué en el que descansaba la butaca.

Pero las sorpresas no acabarón aquí, sino que una vez hubo acabado el concierto y cuando me disponía a salir, encuentro dos filas más atrás de donde yo estaba sentado a mi profesor de electro. A Carlos no se le ocurrió otra cosa que saludarlo llamándolo por su nombre a pesar de que no se había dado cuenta de nuestra presencia. La cara del profesor era todo un poema al comprobar que justo delante suya están dos alumnos de física que lo están saludando fuera de la facultad y a los que no los recuerda, por el gesto que hizo. Es lógico que no supiera bien quienes eran los que le estaban saludando, puesto que uno ni siquiera ha tenido clases con él y otro se sienta en la última fila de clase.

Pero ¿y si se ha quedado con nuestras caras? Quizás en la corrección del exámen le pueda sacar algún puntillo si le hago una crítica del concierto. Aquí el que no corre vuela. Gracias Kenny.

viernes, noviembre 18, 2005

Tiembla Casanova

Porque sin proponérmelo siquiera soy capaz de ligar en un sitio tan inhóspito como pueda ser una clase de electromagnetismo. Y sin hablar siquiera. Soy todo un genio del arte del ligue. Soy el rompelatiguillos al que temen todos los tíos.

La realidad no es así, más quisiera yo. Pero parece que la gente que me rodea lo piensa así. En cuatro años de carrera, ya me han echado dos novias y una pelea entre novios. No sé qué echarán en los conductos de ventilación, pero de esta forma las oportunidades reales tienden a cero si las niñas de la facultad piensan que ya "estoy pillado". Lo más curioso de todo es que a pesar de convivir durante bastante tiempo con estas dos supuestas novias, nunca ha habido nada entre nosotros salvo una gran amistad.

El caso es que hace dos años vivía en el piso con dos chicas (Ana y María) y otro chico más. Ana y yo íbamos a clase juntos los días que conseguíamos levantarnos a la vez. Casi siempre uno se despertaba para ir a clase y el otro seguía durmiendo, lo cual no estaba muy mal del todo porque te asegurabas tener los apuntes de todos los días. Pero también hubo veces en que íbamos a clase los dos y, cuando esto sucedía, nos solíamos sentar al final de la clase y uno al lado del otro. Bueno, puede parecer sospechoso, pero tampoco puede resultar en una prueba definitiva de que estábamos saliendo. Aún así, casi toda la clase creía esto. Me enteré hace poco de todo esto. Supuso un pequeño trauma para mi.

Ayer sucedió lo mismo, pero esta vez la protagonista era mi otra compañera, María. Me preguntó una chica en clase que cómo le iba a mi novia en Las Canarias. En ese momento mi cerebro empezó a humear, mientras intentaba encontrar algún significado a lo que estaba diciendo. O se estaba confundiendo de persona o yo no había oído bien la pregunta. Le digo que no la entiendo y me vuelve a hacer la misma pregunta. Vale, la entendí a la primera pero sigo sin ubicar nada. Le hago un gesto de no saber por donde van los tiros. Y con toda inocencia me da el nombre de mi ex compañera de piso, seguido de la frase "con la que estabas saliendo el año pasado". En ese momento creo que mi cara de sorpresa y confusión era más que notable, puesto que enseguida se ruborizó mientras se disculpaba conmigo diciéndome que ella así lo creía el año pasado. Segunda novia que me sale sin comerlo ni beberlo.

Tras estos hechos uno se empieza a plantear seriamente algunas cosas. Pero dejaremos la reflexión para otra ocasión. Por lo menos Casanova remataba la faena...

domingo, noviembre 13, 2005

La cita

El lunes pasado quedé con la persona que supuestamente iba a arreglar mi vida de un plumazo. Me cité con esta persona en una pequeña habitación pintada de blanco y con una enorme ventana iluminada por los rayos rojizos del atardecer. Eso me hizo parecer que la iluminación de la habitación era rosa, pero sólo consistía de un pequeño capricho de la luz que fue pasajero.

Tras contarle un poco de mi vida pasada, pase a contarle mis problemas. Antes de poder acabar la segunda frase, me cortó en seco para expresar su disconformidad con mi relato, diciéndome que yo estaba completamente equivocado. Defendí mis argumentos lo mejor que pude, pero a lo largo de la charla lo hizo dos veces más.

Perdí, en el sentido de la retórica, pero no lo tomé como una derrota moral, puesto que la diferencia de edad era considerable y la experiencia en estos casos es un grado (como en casi cualquier aspecto de la vida). Aún así, decidió ayudarme, porque me dio la razón en cuanto a que algo no andaba bien, a pesar de que mi forma de exponer el problema no fue completamente adecuada. Y en un momento en el que me pilló completamente desprevenido, lanzó la pregunta. En un principio parecía inofensiva, más bien cotidiana. Pero la réplica a mi respuesta era un dado cargado de veneno.

- ¿A qué te dedicas?
- Soy estudiante de física-, contesto.
- ¿Y a qué se dedica un físico?

Todas las alarmas se encendieron. No me podía creer lo que estaba oyendo. Semejante pregunta sólo podían significar dos cosas: o un total desconocimiento de la materia provocado por un desinterés sobre los grandes avances científicos de la historia o un ataque frontal contra el colectivo de físicos. Viendo a aquella persona de rostro serio y gafas con montura al aire sentada tras una mesa negra grande y reluciente, uno le cuesta un enorme esfuerzo de imaginación aceptar lo primero. Tras echar un rápido vistazo a la habitación en señal de exasperación, pude observar fugazmente de que podía estar ante un profesor de la universidad de Granada por el enorme cuadro que colgaba en una de sus paredes con el emblema de la universidad. En concreto ante un profesor de medicina, que ejercía de hepatólogo en sus ratos libres y que es considerado una eminencia en su campo. Como todo gran genio, pecaba de pedante. Así que me puse el casco, cargué el fusil y grité Jerónimo mientras me lanzaba a la carga.

- Hombre, nosotros nos dedicamos a hacer progresar el mundo. Los grandes avances en cualquier campo vienen cogidos de nuestra mano.

Quizás fue un completo error esta maniobra, ya que se arrellanó en su sillón y me miró fíjamente mientras contraatacaba.

- Me refería que en qué puede trabajar un físico.

Sin vacilar lo solté.

- Tras un grupo de ingenieros tiene que haber al menos un físico. Sin menospreciar el trabajo de ellos, son incapaces de salirse de su campo de aplicación y les resulta casi imposible realizar un salto cualitativo en el desarrollo de nuevas aplicaciones.

- Entonces me está diciendo usted que para hacer una carretera se necesitan físicos.

- No, porque para echar hormigón se valen ellos solos. Cuando dije lo anterior me refería en campos como la informática, la electrónica ... Además tenemos nuestros propios campos de aplicación como las partículas o la física aplicada.

- Pero usted sólo me está diciendo trabajos puntuales. No veo que haya un campo de trabajo en el que se puedan colocar todos los físicos.

- Mire - le dije exhasperado. Para un físico el problema no es encontrar trabajo. La facultad realizó hace poco un estudio sobre la tasa de desempleo y llegó a la conclusión de que de 50 licenciados, todos ellos encontraron empleo antes de 9 meses. Podemos trabajar en infinidad de campos. Incluso de analista de datos. Además tenemos la ventaja de que podemos trabajar en aspectos relacionados con la informática, como la simulación computerizada, de gran demanda. El problema no es tanto encontrar trabajo, sino qué trabajo. Como última salida, nos quedaría irnos a Alemania, donde se pelean por nosotros, por poner un ejemplo.

Bueno, la charla continuó en este sentido durante casi un cuarto de hora, mientras tomaba nota de mis múltiples análisis de sangre. Esta guerra la gané yo, porque se metió en un terreno donde no le convenía en absoluto. No entiendo a qué vino todo esto, cuando un profesor creo que debería conocer de sobra todo esto. Vacilada, chulería... No sé. Al menos fue sorprendente.

En cuanto al resto de la visita, se puede señalar la profesionalidad y la meticulosidad con la intenta realizar un estudio completo del paciente. Sólo hay que ver la enorme lista de la analítica que me pidió y que copió todos los resultados de mis análisis, a pesar no ser extremadamente fiables. Al menos me levantó la prohibición de beber alcohol. Toda una buena persona este hombre.

viernes, noviembre 11, 2005

Primer toque

Todavía no ha llegado San Alberto, pero una vez pasado ese día se encienden las alarmas. Si no quiero que me pille el toro, como casi todos los años, hay que aplicarse en serio desde ya. No hay excusas de que no tengo suficiente temario como para pillar el hilo de las asignaturas. Todo lo contrario, se empieza a acumular a peligrosamente. Además, los profesores tienen los motores a punto y han puesto la velocidad de crucero. Así que esta semana hay que estudiar, estudiar y estudiar... Aunque seguiremos manteniendo ciertos momentos al día para hacer el vago, que todavía no está tan apretada la situación.

Mientras llega o no esa fecha, aprovecharé para pegarme un par de juerguecitas buenas antes de que no pueda despegar la vista de los libros. Castigaré un poco el hígado para que no llegue muy dormido a la Navidad. ¡¡Agh, y ya mismo hay que comer turrón y cantar villancicos!! Bueno, tranquilicémonos y salgamos un rato a "tomar el aire" en un pub.

A ver si me acuerdo mañana y os cuento mi visita al médico. Muy entretenida y productiva.

jueves, noviembre 10, 2005

San Alberto

Se supone que este personaje histórico es el patrón de la facultad de ciencias. ¿Por qué? Una muy buena pregunta. No se sabe; porque para empezar creo que era monje y para colmo en la época en que vivió ni siquiera se conocía el método científico. Habríamos preferido que fuera Sir Isaac Newton nuestro patrón, pero parece ser que al amigo Ratzinger todavía no le ha caído lo suficientemente bien como para elevarlo a la categoría de santo. Por lo visto vivía en pecado y no realizó ningún milagro, aunque esto último es comprensible, porque cualquier cosa que hacía, era capaz de demostrarla con matemáticas y esas cosas raras que tanto asco le dan a los curas. También podía haber sido Galileo, pero después de la tangana que formó con lo de que la tierra gira en torno al sol, como que tampoco cae muy bien por las tierras vaticanas

Así que a falta de científicos beatificados, tenemos que recurrir a beatos que se interesaron por algo relacionado con la ciencia. Creo se decantaron por San Alberto por que se dedicó a observar la naturaleza y a clasificar especies animales y vegetales. Pero tampoco me hagan mucho caso porque su vida nunca ha entrado dentro del temario de ninguna asignatura; y si no sacamos tiempo ni para jugar a la Play, tampoco para conocer la vida de alguien tan remoto en el tiempo y que no nos dejó ninguna fórmula (este es el precio que pagamos por tantos años de ecuaciones y ecuaciones).

Al final todo se resume en una excusa perfecta para meter un día de fiesta en la facultad, que normalmente se suele convertir en varios; y que da paso a una enorme fiesta en el campus donde en vez de libros y pizarras sólo hay alcohol, comida (a las 3 de la tarde no se puede beber sin comer algo) y otras cosas que os podéis imaginar. Como casi todos los años, en esta ocasión creo que tendremos que acompañar a la cerveza con un frío considerable, posiblemente lluvia o alguna que otra sorpresa en forma de granizo o nieve. Toda una fiesta cargada de emociones fuertes.

Bienvenido sea San Alberto a nuestras vidas, y qué menos que ofrecer un brindis a su salud y a ver si este año vela mejor por sus pupilos y nos "ayuda" a aprobar un par de asignaturas de las jodías.

¡Salud!

miércoles, noviembre 09, 2005

Un vampiro

Hoy iba a ser otro de esos días normales en la facultad. Te levantas pronto, vas a un par de clases, te saltas la última porque el hambre te impide pensar con claridad y continuas con la primera hora de la tarde tras vaguear el resto de la mañana. Pero no, al final todo se tiene que joder, porque la universidad es un puñetero vampiro que te saca la sangre literalmente.

Esta vez se ha presentado en forma de señorita de mas o menos mi edad, sonriente y con una bata blanca.

- Buenas tardes. ¿Le gustaría donar sangre?
- "Con la mala ostia que tengo hoy seguro que no sirve para donarla", pensé -

Miro el reloj y hago un pequeño cálculo mental: son casi las cinco y media de la tarde. Mientras te sacan todo lo que tienes ahí dentro seguro que rozan las seis. Una buena hora para tomar un zumito y largarte a casa con el estómago lleno.

- Está bien. Pinche donde quiera, que hoy estoy que la tiro - le digo.

La chica me mira con una sonrisa aún más amplia y a punto de estallar en risotadas.

Y comienza todo el proceso típico de una donación, en el que puedes ver como una parte de ti se pierde para siempre. Le deseas la mejor suerte del mundo a esos glóbulos rojos que nunca más verás y les dices que se porten bien y que no hagan ninguna de las suyas. Un momento muy emotivo aquel.

Vale que todo esto se trata de una donación, pero la uni ya se podía marcar el detalle y hacer también una donación contigo y compensártelo con créditos gratuitos. Encima que sueltas una pasta por escuchar las divagaciones de algunos profesores, tienes que darles tu sangre a cambio de nada. Es voluntario, lo sé. Pero también hay que tener en cuenta lo bien que se siente uno cuando comprueba que está siendo útil para la sociedad, no como la gorda de la secretaría, que nunca está en su puesto y encima le pagan.

En fin. Esperemos que quien reciba mi sangre haga mejor uso de ella que yo, ¿verdad señores riñones?

martes, noviembre 08, 2005

Pagar por nada

De mayor me gustaría ser profesor de universidad. Tienen un montón de tiempo para dedicarse a sus trabajos de investigación, dan un par de clases al día, pueden visitar la cafetería cuando les plaza y encima les pagan por todo eso.

No es que me guste la enseñanza, pero con lo flojo que soy creo que el trabajo me iría como anillo al dedo. Sobre todo, me gustaría ser cierto profesor que tengo algunos días a tercera hora de la mañana (es mejor no dar ningún nombre, para que no pase vergüenza). Este hombre, ha dedicado gran parte de su tiempo en escribir un libro sobre su asignatura con tal de que nos resulte mucho más fácil la atención y tengamos lo más importante de ella. Así no hace falta copiar un montón de fórmulas, tanto por la parte del profesor como por la nuestra. Es una idea muy buena que todo profesor debería de llevarla a cabo de una forma o de otra.

Sin embargo, cree que ha sido demasiado el tiempo que ha invertido en escribirlo, por lo que prefiera que el resto del trabajo lo hagan otros, como sus alumnos. Así, su clase diaria se la encarga a un determinado número de alumnos que tienen que prepararse las demostraciones y la explicación de un apartado del libro. Mientras, él atiende como otro alumno más. Según él, este método pedagójico puede ser muy beneficioso, ya que así el alumno que sale a la pizarra se le obliga a entender la lección. Por contra, el resto de los alumnos no entienden ni papa, entre que los nervios del compañero impiden que salga algo de voz por su garganta y que su caligrafía es bastante del estilo de los cuadros de Picasso. En definitiva, tenemos una clase donde se explica el contenido de un libro por una persona que ni lo ha escrito, ni mucho menos está lo suficientemente cualificada para impartir clases a ese nivel.

El profesor ve muy beneficiosa esta técnica, sobre todo si tenemos en cuenta que de esta forma no da ni palo. El alumno lo ve como una calamidad, puesto que siente como su tiempo está siendo desaprovechado. Para colmo de males, los problemas los resuelve otro profesor completamente distinto, con lo cual el trabajo del primero se convierte en casi nulo. A lo mejor este hombre ha realizado trabajos de investigación que han dado mucho renombre a la facultad, pero como pedagogo, es malísimo. Y lo peor de todo es que hay varios de estos repartidos por toda la carrera. Por lo menos que las horas que hecho en la pizarra explicándole la lección al resto de mis compañeros en la clase de este profesor me sirvan para abaratar un poco mi matrícula, ¿no? Después de todo estoy haciendo el trabajo de otra persona.

domingo, noviembre 06, 2005

Festival de Jazz

Ayer comenzó la 26ª edición del Festival de Jazz de Granada. Todos los años siempre me suena el nombre de algún músico o big band del programa principal, pero este año estoy muy perdido. Quizás sea porque en los últimos tiempos he descuidado un poco mi "educación musical". Normalmente estos conciertos siempre son del agrado de cualquier amante de la buena música, aunque no hayas escuchado absolutamente nada. De todas formas, tengo un valor seguro como es The James Taylor Quartet, fuera de la sección oficial. No estaré sentado tranquilamente, pero podré disfrutarlo con alguna copa.

miércoles, noviembre 02, 2005

Tengo una biblioteca

Cuando llegué a la facultad pensé que iba a poder dejar de una vez por todas la mochila en casa y no tener que cargar así con 20 kilos en libros. Efectivamente fue así. Los primeros años iba cómodamente con una simple carpeta y mi boli metido en el bolsillo trasero. Una vez me pusieron gafas, entonces recurrí de nuevo a la mochila; solo que esta vez era en bandolera y dentro de ella iba la carpeta de antes junto con el boli más las gafas y algún que otro libro.

Mis padres también creyeron que una vez llegara al facultad se acabarían los libros, puesto que pensaban que todo el material lo daban los profesores a través de apuntes que uno tomaba en clase. No acertaron en el tema de que era yo el que copiaba lo que el profesor le apetecía decir, puesto que mis apuntes son un compendio de caligrafías todas ellas distintas, procedentes de diferentes compañeros que me han acompañado en este viaje que dura ya demasiado. Ellos creían también que iban a dejar atrás ese enorme gasto que suponía todos los años comprar entre ocho y diez libros nuevos todos los años, entre los que siempre había un par de ellos que a final te confirmaba tus sospechas de que podían servir como papel higiénico por la utilidad ofrecida.

Al final todos estábamos equivocados, porque obviamente algún libro hay que comprar. Lo que ocurre es que todos los años ese algún se convierte en muchos, y todos ellos caros. Si antes comprabas nueve libros entre 20 y 40 euros, ahora compras tres entre 50 y 100, y fotocopias cuatro entre 10 y 20 euros. A lo largo de los años, tu cuarto empieza a parecerse cada vez más al despacho atestado de libros de tu profesor de termo del que tanto "cariño" le has cogido. Pero si fuera solamente los libros, tendría un poco de paso. Pero, ¿donde metemos esas montañas de apuntes? Uno tiene un verdadero patrimonio, que llega a equivaler a un buen cacho de Amazonas.

A todo esto de los libros, uno no sabe si realmente las bibliografías las hacen los profesores estando en casa tranquilamente o bien mientras están de cervezas en el bar de la esquina, porque meten cada mierda de libro que te entran ganas de comprarlo solo para pegarles en la boca con él. Menuda cara de imbécil se te queda cuando, tras echarle un vistazo por encima y comprobar que los dos primeros temas vienen bien reflejados en el libro, te das cuenta que las otras ochocientas páginas sólo te van a servir para calzar la cama. Si al menos sirviera para cursos más avanzados, pues eso que te ahorras para otro año. Pero no, ni siquiera tienen que ver con el resto de carrera, porque compruebas que en verdad sirve para cualquier otra menos para la que carrera que estás estudiando.

Casi peor es cuando te topas con el profesor culto, que se ha leído diez libros referentes a su asignatura. El te pondrá todos esos reflejados en la bibliografía, pero no contento con demostrar su cultura mientras comenta lo que le han parecido, por una extraña degeneración mental, le gusta extraer cada lección del temario de cada uno de los diez libros. Así que te lo tienes que currar para sacarte los diez puñeteros libros de la biblioteca y tener la suerte de que la chica de reprografía le dé la gana de fotocopiarte el tema que te hace falta; y tener más suerte de que te lo haga antes de que se te cumpla el plazo de devolución.

Menos mal que algunos profesores se han montado al carro de las nuevas tecnologías y dan sus propios apuntes en formato pdf. Vale que los tíos les cunde dar temas como si estuvieran haciendo churros, pero por lo menos puedes atender (dormitar) en clase y no tienes, a priori, que gastarte una pasta ya sea en fotocopias o en el libro original para completar las cincuenta frases importantes que nunca copias en clase porque eres incapaz de atender y copiar apuntes, y que después siempre te van a servir para comprender los símbolos que has garabateado. Y hay quien se lo curra aún más y se le escapa en clase un comentario sobre que los libros de la bibliografía se pueden encontrar en internet (lástima que estén en inglés).

Si la enseñanza es gratuita (menuda mentira), podían también poner los libros para que puedan ser consultados por internet de forma gratuita como si de una biblioteca digital se tratara (no lo hacen porque precisamente la enseñanza no es gratuita, o qué te creías)