martes, enero 17, 2006

Nos vamos a Plutón

Hoy despega desde Cabo Cañaveral la New Horizons rumbo a ese "planeta" extraño que es Plutón. La misión tendría el mismo interés que otra cualquiera (perdón por la generalización) sinó fuera por el sistema de propulsión montado en la sonda. Se utilizará plutonio como fuente de energía en detrimento de otros sistemas más limpios como la energía solar. Esto es así porque la luz que llega a Plutón es insuficiente para que los paneles solares puedan generar suficiente electricidad para que los instrumentos científicos puedan operar. En concreto el generador termoeléctrico de radioisótopos (RTG en sus siglas en inglés) es alimentado por cápsulas de cerámica que contienen dióxido de plutonio y un conjunto de termocúpulas de estado sólido que convierten en electricidad la energía del plutonio. Y esto es lo controvertido de la misión, porque parece ser que ha habido algunos lumbreras que dicen que en caso de accidente el plutonio podría esparcirse sobre Florida, alegando que no tienen ganas de vivir las consecuencias de Hiroshima en sus propias carnes (esto lo he agregado yo).

Algo de razón tienen, y yo estaría también acojonado viendo los últimos resultados de los transbordadores y sus pequeños desprendimientos. Pero el caso es que los satélites se montan en cohetes, porque son mucho más seguros y baratos que cualquier otro sistema de lanzamiento, y el plutonio va encerrado en pequeñas cápsulas que contienen múltiples capas de una aleación de iridio y grafito que las protegen de elevadas temperaturas y posibles colisiones, con lo que las posibilidades de accidente y contaminación son de una frente a 18 millones de que un 2 por ciento del plutonio sea vertido a la atmósfera.

Existe un informe sobre el impacto ambiental que puede causar un accidente de este tipo, elaborado por la NASA para que el Departamento de la Energía del gobierno estadounidense pudiera dar el visto bueno a la misión. Esencialmente, el único peligro que encierra este tipo de combustible es en su ingestión. El Plutonio 238 sólo emite partículas alfa, que son fácilmente repelidas por la ropa o por la piel. Resulta peligroso cuando una pequeña cantidad penetra en nuestro organismo y es sometida durante mucho tiempo a este tipo de radiación. Imaginaros que el cohete explota, algunas cápsulas se rompen y el plutonio es vertido en la atmósfera o en el agua. Si respiramos corremos el riesgo de que pequeñas cantidades se alojen en nuestros pulmones, con lo que las posibilidades de desarrollar cáncer de pulmón son enormes.

Pero tampoco seamos alarmistas, ya se han usado con anterioridad en múltiples misiones, incluidas las arcaicas Apollo, y hasta ahora no ha habido que lamentar accidentes. Peores accidentes nucleares se han vivido a lo largo de la historia (empezando por Hiroshima, siguiendo con Chernobil y pasando por cada una de las pruebas nucleares que se han realizado en desiertos y demás sitios) como para que ahora pongan el grito en el cielo por un posible vertido minúsculo de Plutonio. Lo que ocurre es que cuando les toca vivirlo a los americanos, las cosas se ven desde otro punto de vista.

Por cierto, se puede ver en directo desde aquí