viernes, marzo 03, 2006

Leyendas urbanas en la facultad

Se rumorea, se dice, que un alumno que cursa la asignatura de óptica tuvo las agallas suficientes para ir a hablar con el decano de la facultad sobre el examen que se inventaron. En concreto fue (o fueron, no sé si eran varios) a quejarse de la parte de problemas, de los dos ejercicios que puntuaban dos puntos cada uno. Casualidades de la vida, este señor es óptico, habiéndose especializado a partir de la carrera de física, por lo que podríamos hablar de un óptico-físico (o físico-óptico, como lo queráis ver), y casualidades de la vida este año ha retomado la docencia, impartiendo las clases de teoría en el grupo de la tarde. Diciendo esto, la gesta de ir a hablar con el decano se reduce a ir a hablar con tu profesor, pero precisamente esto es lo mejor de todo el asunto. El caso es que le enseñaron uno de los dos problemas. Al verlo, leerlo, releerlo y pensar un rato su respuesta fue: "Pero ¿qué están pidiendo en este problema?".

Resulta bastante curioso que un señor que se dedique a la enseñanza haga semejante observación de una pregunta de un examen para alumnos de tercero de física. Pero aquí no acaba la cosa. La asignatura se la reparten entre cuatro profesores para dos grupos, dos de ellos dan la parte de teoría en sendos grupos, y otros dos dan la parte de problemas. El examen se lo reparten de una forma similar, ya que la teoría la ponen unos y los problemas otros. A la hora de realizar el examen, sólo te entregan una primera parte con problemas teóricos (algunos sacados de una mente enferma), y una vez finalizada esa parte te hacen salir de la clase, esperar a que todo el mundo acabe y volver a entrar cuando al de problemas le da la gana llegar. Obviamente, las correcciones son independientes y necesitas tener aprobada la parte de teoría para que te corrijan la de problemas. Esto no es que sea nada del otro mundo. En verdad estamos más que acostumbrados a este tipo de argucias. Lo que sí me gustaría señalar es que los profesores de teoría no tienen ni idea de qué van a poner los de problemas. De hecho, la respuesta del decano lo pone de manifiesto sin ningún tipo de duda. Es decir, que si a los de problemas se les va la azotea como ha sucedido este año, los de teoría nos hechan el puteo a los alumnos, diciéndonos que somos unos zopencos.

Para acabar esta entrada llena de odio visceral hacia el departamento de óptica, os contaré otra casualidad de la vida. El decano tiene un familiar (al menos nosotros le conocemos uno o creemos que es familia por varios motivos de peso) entre el profesorado que eligió seguir los pasos de su tío. Su sobrinito en concreto es el que con toda saña eligió los problemas para el examen de óptica. Es uno de los que dan la parte de problemas de la asignatura de óptica. ¿Es que hubo acaso alguna pelea familiar en la cena de nochevieja y el sobrino la paga con los alumnos del tío? Amenábar, te vendo esta historia basada en hechos reales para que hagas otro thriller de esos que tan bien sabes hacer.

Para los viciosillos, aquí tenéis otro juego para invertir las horas muertas.