jueves, diciembre 01, 2005

La paridad de Alicia

Esta mañana mientras me miraba en el espejo vi algo raro. No eran mis ojeras de no dormir bien junto con los ojos inyectados en sangre. Ni tampoco el peinado con el que me suelo levantar todos los días. Era más bien el conjunto en sí de lo que veía a través. Delante mía hay un tipo exactamente como yo, pero que se comporta de manera completamente distinta a como lo hago. Sigue todos mis movimientos a la perfección, de forma sincronizaba, pero en vez de levantar la mano izquierda levanta la derecha. Algo no encaja bien. Si es mi imagen reflejada la que veo allí, debería mover la misma mano que yo, no la contraria. Debería de haber una paridad entre ambos entes. Entonces casi que puedo decir con toda seguridad que la imagen que hay delante de mis ojos no soy yo, sino mi antiyo.

Es decir, vale que ese tipo piensa lo mismo que yo (si es que podemos decir que una imagen piensa) y actúa igual que yo, pero una parte de él es justamente la contraria que yo. No existe simetría entre el mundo real y el virtual. En ese momento entendí la situación de Alicia cuando atravesó el espejo. Ese mundo podía ser igual al suyo, pero el comportamiento de las cosas puede ser justamente al contrario. ¿El orden se transforma en caos? ¿Lo lógico en ilógico? Puede ser que lo que contó Alicia a su vuelta a nuestro mundo fuera cierto, o puede que no.

Me gustaría alguna vez probar si tenía razón en lo que contó. Atravesar el espejo. Así de simple. O más bien así de complicado porque cada vez que intentas entrar está tu antiyo que te lo impide. Los dos actuáis de guardianes de cada mundo. Pero ¿qué pasaría si un día te levantas y encuentras que todo el mundo conduce por la izquierda, que la inmensa mayoría escriben con la zurda, que todos sus órganos están situados justamente al revés...? Bienvenido entonces al pais de las maravillas, porque por alguna razón has cruzado el espejo. Lo mismo ha sido gracias a un conejo blanco o a un gato negro, qué más da. Lo importante es que a partir de ahora eres un extraño en tu casa. No eres normal en ese mundo. Pero cuando te vuelvas a mirar en un espejo seguirá estando ahí la misma persona que te ha estado contemplando toda tu vida, la que siempre te ha impedido pasar hacia el otro lado y que para ti será siempre igual estés donde estés. ¿Dónde están las setas Alicia?