viernes, diciembre 16, 2005

Sin entender nada

El lunes tengo el examen de Física Estadística. Lo va a poner un profesor que me recuerda en cierto sentido a Juan Tamariz. Hace tiempo hice una pequeña descripción del profesor y sé que físicamente no se parece en nada a este personaje. Pero cuando hace los problemas es como si el mago carismático se apoderara de su mente, porque no deja de sacarse cosas de la manga una y otra vez. Para demostrar cualquier cosa recurre a conceptos no explicados en teoría, introduce términos en los desarrollos por obra y gracia del espíritu santo y llega a demostrar cualquier fórmula por ciencias infusas. Cuando uno se pone a estudiar esa asignatura por primera vez, ve como todo el mundo gira a tu alrededor en un sin sentido. Tras mirar los problemas una y otra vez entonces empiezas a entrever el grado de coherencia tan sutil que encierran los planteamientos. Pero por más que estudies sigues notando que en un exámen no vas a poder hacer nada a no ser que te pregunte lo mismo pero con un enunciado distinto (donde antes había una coma ahora hay un punto).

La física en sí es muy abstracta una vez pasas de la física cuántica. Antes de ese punto también lo es, pero conserva algo de tangible. Cuando llegas a la física estadística, ves como todo tu universo se sustenta por un par de endebles palitos. Demasiadas matemáticas, demasiadas suposiciones y aproximaciones. Al unir la mecánica clásica con la cuántica el producto es grotesco. Pierde toda la simpleza de la primera y la elegancia de la segunda. Y si encima tienes la sensación que tu profesor en clase lo único que hace es montar juegos de prestidigitación, entonces apaga y vámonos.